miércoles, 3 de septiembre de 2014

Confusión

En el momento de despertar he sentido esa confusión de no saber muy bien en qué lugar estaba, cómo era la orientación de mi cama respecto a los muebles, a la ventana del dormitorio, a la estancia contigua y al resto de la casa. Seguramente sea una situación que hayamos vivido todos, lo mismo que un dejà vu, aunque mucho más familiar en aquellas personas que han habitado varios sitios o que acostumbran a viajar. A veces es necesario adaptarse a la propia casa, después de haber dormido en varias camas distintas a lo largo de las vacaciones. Eso sí: aun acostumbrada al nomadismo, no puedo dejar de desear dormir en mi cama.

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